Muchas personas creen que el dinero no puede comprar la felicidad, pero según estudios científicos recientes, esta idea no es del todo cierta. El dinero puede comprar cierto grado de satisfacción en la vida, dependiendo de la riqueza que se tenga y de cómo se gaste.
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Las investigaciones demuestran que el bienestar emocional aumenta con los ingresos, hasta cierto punto. Un estudio de 2010 analizó encuestas realizadas a 450.000 estadounidenses y descubrió que los participantes con mayores ingresos reportaban un mayor bienestar emocional, hasta un ingreso anual de 75.000 dólares. A partir de ahí, el bienestar disminuye.
Análisis de estudios científicos sobre si el dinero da la felicidad
Más allá de tener dinero, a continuación se explica por qué poder satisfacer las necesidades básicas, disfrutar de experiencias vitales y tener vínculos sociales son también factores importantes para la satisfacción y la felicidad en la vida.
Necesidades básicas
Lindsay Bryan-Podvin, terapeuta financiera y autora de “The Financial Anxiety Solution“, afirma que un ingreso anual de 75.000 dólares puede no ser el umbral para todos. Tener solvencia económica es importante para satisfacer las necesidades básicas, como la alimentación, la vivienda y la atención sanitaria, son las principales prioridades. Luego, la cantidad de satisfacción derivada de los ingresos varía en función de factores como el coste de la vida en tu zona y tus intereses personales.
Los datos son bastante claros: cuando podemos cuidarnos económicamente, nuestra salud mental es mejor. De hecho, según los estudios científicos, los adultos que viven por debajo del nivel de pobreza tienen entre tres y cuatro veces más probabilidades de sufrir depresión que los adultos que viven en el nivel de pobreza o por encima de él.
La capacidad de satisfacer las necesidades básicas sin tener que trabajar en varios empleos también significa que es más probable que tengas tiempo para tus amigos y tu familia, lo cual es importante para la felicidad. Un estudio de Harvard, que comenzó en 1938 y siguió a cientos de hombres durante casi 80 años, recogió datos sobre el bienestar físico y mental. Los investigadores descubrieron que las relaciones estrechas, más que el dinero o la fama, mantienen a las personas felices durante toda su vida.
Experiencia frente a materiales
Una vez cubiertas las necesidades básicas, que el dinero de la felicidad puede depender de en qué se gaste. Existe la teoría de que gastar dinero en experiencias te hará más feliz que gastar dinero en objetos materiales. Algunos estudios lo respaldan. Una revisión de 2014 encontró que las experiencias hacen a las personas más felices porque mejoran las relaciones sociales, son una parte más grande de la identidad de uno y es menos probable que se comparen con las experiencias de otras personas.
Una encuesta realizada a más de 2.000 millennials en 2014 reveló que el 78% prefiere gastar dinero en experiencias o eventos en comparación con un objeto material. No se trata solo de los millennials. La misma encuesta reveló que el gasto de los consumidores en experiencias y eventos ha aumentado un 70% desde 1987.
Sin embargo, para algunas personas, la compra de un objeto tangible puede ser lo que más felicidad les proporcione. Los estudios demuestran que si tenemos una gran afinidad por algo, nos sentimos muy felices comprando esa cosa, por ejemplo cuando alguien decide comprar un coche que le gusta.
Cuando el dinero no compra la felicidad
Una de las razones por las que más dinero no siempre equivale a más felicidad es la tendencia a que cuando se gana más dinero, los gastos suelen aumentar.
Por ejemplo, es posible que acabes gastando dinero en cosas como una suscripción a un club de campo o cenas en restaurantes más caros. Si esto ocurre, es posible que no sientas que no tienes suficiente dinero aunque estés ganando un salario considerable.
La felicidad también depende de cuánto tengas que trabajar para ganar ese dinero. Puedes que estés ganando 300.000 dólares, lo que en teoría suena muy bien, pero si estás trabajando 80 horas a la semana y no puedes disfrutar del dinero que estás ganando, entonces ¿qué sentido tiene?
Conclusión: El dinero sí ayuda a ser más feliz
La cantidad de dinero que una persona necesita para ser feliz varía. La felicidad puede depender de la cantidad de dinero que se necesita para cubrir las propias necesidades básicas y de lo que te produce alegría personalmente.
Para una persona, eso puede ser contratar una hipoteca para tener una vivienda propia. Para otra persona, puede ser un masaje una vez al mes o un nuevo par de zapatillas para correr.
En definitiva, el dinero puede aumentar el potencial de satisfacción en la vida, dependiendo de cómo lo gastes. Si gastas el dinero en experiencias o artículos que se alinean con tus valores, aumentarás tu felicidad.